¿Quién fue Batista? (III) #Cuba #TenemosMemoria

Por Israel Valdés Rodríguez*

Tercera etapa (1933 – 1944)

El 4 de septiembre de 1933 los sargentos, cabos y soldados del ejército dieron un golpe de Estado que estableció un gobierno revolucionario de facto. Es en esta coyuntura histórica es que surge a la palestra pública la figura del sargento taquígrafo, Fulgencio Batista Zaldívar.

El entonces embajador norteamericano Benjamín Sumner Welles fue sorprendido cuando en la madrugada de ese día, un grupo de militares y estudiantes en unión de otros elementos opositores al régimen de Gerardo Machado habían dado un golpe de estado en el campamento militar de Columbia. Al día siguiente Welles escribió en su diario: “Vinieron a verme los sargentos Batista y Santana. El propósito de su visita era aclarar mi actitud hacia el llamado grupo revolucionario y cuán favorable sería la reacción de Estados Unidos a la formación de un gobierno encabezado por éste grupo”. (2)

El embajador norteamericano expresó sus simpatías y el apoyo a los sargentos, lo que a su vez se convirtió en el trampolín de la acelerada carrera de Batista. Aquí tuvo la oportunidad de comunicarse en idioma inglés con el diplomático norteamericano. A partir de este momento el gobierno de Washington fijó su atención en dicho personaje; este era el títere que necesitaba el imperio para gobernar a Cuba. De esta manera Batista asume la dirección del movimiento septembrista y es nombrado jefe del ejército con el grado de coronel, de acuerdo al Decreto No. 1538, que apareció en la Gaceta oficial, edición extraordinaria, número 27, del 8 de septiembre de 1933.

En el mes de diciembre de 1933, Jefferson Caffery sustituyó a Sumner Welles, quien había preparado ya las condiciones para un golpe de Estado contrarrevolucionario. Batista es el “hombre fuerte” escogido por el imperialismo; el 15 de enero de 1934 este dio el golpe de Estado y estableció una dictadura que reprimió brutalmente al pueblo y se convierte en el verdadero dueño político del país a la sombra de sucesivos ocupantes formales del sillón presidencial.

A partir de 1938, presionado por el creciente movimiento de masas y por la coyuntura internacional de lucha contra el Fascismo hizo algunas concesiones políticas y sindicales, pero sin abandonar su condición de fiel servidor del gobierno norteamericano.

El 27 de octubre de 1938 el flamante coronel Batista recibe en su residencia particular de la Ciudad Militar, al agregado militar de la Embajada de los Estados Unidos, comandante Henry Barber, quien portaba una carta del general Malin Craig, jefe del ejército norteamericano y donde lo invitaba a visitar el país norteño.

A las 7 y 40 a.m. del día 8 de noviembre de 1938, el coronel Batista arriba a los muelles de la Pan American Airways, para tomar el avión Clipper N.C. 823 M, modernísima aeronave del servicio internacional, conducida por el piloto Robert Fatt. Acompañaban al jefe del ejército cubano, su esposa y secretarios particulares. A las 10 y 15 a.m., en el aeropuerto de Miami, acuatizaba el Clipper; una representación del ejército y gobierno norteamericano le dio la bienvenida. A las 11 a.m. en el tren “To Miami” y en el coche especial “Nepesta”, emprende el bello y atractivo viaje de 24 horas rumbo a Washington.

En la estación de la capital norteamericana Batista fue recibido, entre otras personalidades, por el general Malin Craig y un viejo amigo, Mr. Benjamín Sumner Welles. Ese mismo día a las 4 p.m. el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, le ofreció a Batista un té y ambos sostuvieron una entrevista privada (sin necesidad de traductor) durante más de treinta minutos. A las 2 y 30 de la tarde del día 25 de noviembre, Batista y su séquito abordan el crucero “Cuba” de la Marina de Guerra Constitucional cubana y después de los veintiún cañonazos de despedida oficial enfila rumbo hacia el puerto de La Habana. A su llegada a la capital es recibido en el Palacio Presidencial por el presidente Federico Laredo Brú, los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados en La Habana y los secretarios del Despacho.

Lo cierto es, que hasta ese momento, el gobierno y el ejército norteamericano nunca le habían tributado semejantes honores, agasajos y distinciones a un jefe de las Fuerzas Armas del mundo como los rendidos al coronel Batista.

El 4 de diciembre de 1939 realiza su retiro del ejército para aspirar a la presidencia de la República. Tomó posesión como presidente en el año 1940 tras unas elecciones muy discutidas y que no estuvieron exentas del fraude, la violación de urnas, la compra venta de votos, las votaciones bajo presión y otras depredaciones.

Otro astuto proceder durante su periodo presidencial fue que el 27 de enero de 1942, a pesar de no estar en el servicio militar activo se concedió, a sí mismo, el grado de Mayor General.

* (San Antonio de los Baños, 1952) profesor e historiador, miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores  de Cuba.

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